Tal como decía ayer, hoy seguimos con este tipo de bloqueo, tan utilizado actualmente. Y también dije que la búsqueda del jugador interior se iba generalizando más y más.
En el vídeo de hoy, tenemos a Sekulic en el papel protagonista. El pívot realiza el bloqueo, y ante la ayuda que su defensor realiza para evitar la ventaja del exterior bloqueado, consigue una óptima posición para recibir con ambos pies dentro de la zona. Constantemente digo a mis jugadores interiores (o exteriores si van a "postear") que deben esforzarse por recibir con los dos pies dentro de la zona. El ejemplo de hoy es bastante significativo del por qué.
Muchas veces decimos a los bloqueadores que después de bloquear indirecto, continúen para intentar recibir. En este caso la continuación "natural" (y también válida para según qué jugadores) sería hacia la esquina. Tenemos ejemplos de pivots tiradores que sacan grandes ventajas en estos casos. Pero la continuación a la que nos ceñimos hoy es la interior. Supone un desplazamiento en dirección contraria a la del bloqueo y también acercarse al defensor en lugar de alejarse de él.
Al trabajar con jóvenes, debemos dejarles claro que la ventaja no sólo está en recibir cerca del aro, sino también en chocar contra el defensor. Esto en principio les resulta complicado de entender (¿acercarme al defensor?¿no será lo contrario?) pero si consiguen comprender que al chocar contra el defensor y dejarle a su espalda consiguen una opción clarísima de recibir cerca del aro, de poder anotar con solo extender el brazo, y de poder conseguir incluso canasta y falta, poco a poco se irán acostumbrando. Y si conseguís jugadores a los que agraden estas situaciones, el choque, el ganar una línea de pase, "dominando" a su defensor, habréis logrado un paso de gigantes para la "creación" de un jugador interior (o que pueda jugar interior)
Lo más sencillo es que tras colocar un bloqueo duro, que obligue a su hombre a ayudar (esto es clave, si el bloqueo no genera una ventaja, no habrá una ayuda, y perderemos las opciones que buscamos) pivotemos hacia el eje y nos desplacemos hacia el centro de la zona, siempre mirando el balón. A la vez que chocamos con el defensor, el pié más cercano al eje de la pista debe rodearle y con un golpe de cadera, debemos dejarle a nuestra espalda. Fijar al defensor con el antebrazo también ayudará y ser capaces de recibir el pase con una mano será la guinda para esta sucesión de gestos técnicos.
Después llegan las finalizaciones, pero eso es otra historia que dejaremos para más adelante.